En un mundo cada día más cambiante y veloz aparecen dificultades, dudas y conflictos a nivel personal, familiar y escolar. Las relaciones humanas son enriquecedoras y también complejas en muchas ocasiones. La convivencia es laboriosa y artesanal; pero nos brinda la oportunidad de transformar nuestros puntos de vista, nuestras formas de mirar, escuchar y actuar.

Todos buscamos poder comunicarnos y relacionarnos mejor. Necesitamos apoyarnos en realidades y valores que nos permitan seguir adelante. Buscamos pautas y herramientas que nos ayuden a reforzar nuestra capacidad para resolver los problemas. El diálogo abre una puerta a poder ver y comprender más ampliamente la realidad que nos rodea; nos impulsa a la acción, al enfoque y a la mejora de los problemas que surgen en nuestras vidas.

Conocernos mejor a nosotros mismos y a los otros es el primer paso para descubrirnos y aceptarnos como diferentes. Poder reflexionar, formarnos, analizar y contrastar experiencias es muy recomendable para saber que podemos afrontar las circunstancias que se nos van presentando con serenidad y madurez.

Esforzarnos en mediar la palabra entre nuestras formas de ser y estar en el mundo es garantizar la posibilidad de convivir juntos.